Por lo tanto matar un animal con nuestras propias manos forma parte, al menos, de mi memoria genética. Hacerlo en una plaza y convertirlo en lucha, es adentrarse en los mas profundo de nuestra naturaleza. Por mucho que avancemos tecnológicamente no hemos dejado de ser una especia depredadora. En la fiesta nos vemos a nosotros mismos.
Que un talibán del nacionalismo utilice en su ridículo beneficio político cualquier artimaña para radicalizar su integrismo a costa de años de cultura es verdaderamente patético.
enhorabuena amigo Andrés ya era hora de que tiraras ruedo!!!!
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